TEXTUAL

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 11/04/2012 12:00:00 a. m.

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Sólo un conocedor de la leyenda del rosal, pudo haberse dejado arrebatar por su romanticismo y redundar con punciones coloradas, la sepia preponderancia de esta foto postal. Es que resulta difícil imaginarse un mundo sin colores y siguiendo con su impulso pictórico, también inventó un cielo iridiscente pensándolo quizás en el mejor soporte para las palabras de amor…


Sin embargo, lo que la fantasía agregó para embellecer los afectos, la realidad se encargó de descontar con una ortografía imprudente de palabras interrumpidas…


Para cuando te
Casé con la P….
hacete un paseo
hasta aquí que
esto es algo encantador
Hasta pronto
Saludos Juan Rossini

Y aunque no tengamos las rosas sangrantes de Liniers, y la tinta dispare el insulto de los puntos suspensivos, nos sigue quedando el paisaje, capaz de encantar hasta al viajero más insensible…

Comments (8)

A lo mejor no era un insulto y se trataba de una Paula o una Patricia.

Pero el rosal del virrey se encontraba en el patio.

Analía: Esa sería una lectura optimista.

Alejandro: Es cierto, pero quién sabe si quien pintó estas flores, realmente conocía la leyenda.

Ya no se qué comentar, la noticia del final fue como un balde de agua helada. ¿Qué haremos con nuestra nostalgia, quienes disfrutamos viajando al pasado por estas ventanitas fotográficas?

Alina, me parece que la respuesta a este final está en Axis Mundi.

Alina: Aquí hay cuatro años de "ventanitas fotográficas" que se multiplican por cien, cada regreso al blog será un viaje evocativo hasta que las postales decidan volver a la vida a hablarnos del pasado pero para transformar el presente.

Alejandro: Has hecho los deberes...
De todos modos, lo que escribí en Axis Mundi, es apenas una aproximación que podría explicar el final de "La Fragilidad de los Retiros".
Cada una de las palabras que anudé a la caligrafía de los viajeros muertos y a sus postales se debió al profundo amor que siento por Altaria... cuyo imaginario ha comenzado a expandirse a partir de estos breves rectángulos de historia, pero la Alta Gracia real precisa de nuestro presente para que el futuro pueda acuñar sus propias nostalgias y es sobre este tiempo que quizás emprenda una búsqueda diferente.