OCHAVAS

Posted by Walterio | Posted in , , , , | Posted on 8/15/2008 12:00:00 a. m.

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Alguna vez… el Banco de la Provincia abrió sus puertas neocoloniales.
Alguna vez… el Petit Colón de la esquina opuesta, cerró sus puertas italianizantes.


(y otro banco ocupó el espacio de las mesas, las sillas, los tacos de billar y la melancolía de la espera).

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Reciban Uds. mis sinceros saludos desde este paraje.
E.A.Capece.


Acabo de escribir el reverso de una postal mientras apuro el último trago que me servirá Abelino antes de partir. La estación de trenes me espera pasos abajo de la Calle Principal y quizás no vuelva a verla jamás, pero éste Bar reabrirá infinitamente sus puertas en otras ochavas de infinitas ciudades…


La palabra,
traza
el diámetro café de la confidencia…


(lealtades y traiciones).


La mesa,
recorta
el círculo lunar
de la disputa…


(encuentros y discrepancias).

Las sillas,
circunscriben
el territorio anular de las dudas…


(verdades y mentiras)..

Comments (6)

Walter: me impactó eso de "este bar reabrirá infinitamente sus puertas......Eso y el Petit Colón, al que conocí cuando niño con sus mesas desprovistas de todo sentido estético y sus billares ampulosos, en los que jugadores de todas las clases sociales, se animaron alguna vez a compartir casualmente sus distintas estirpes. Un beso.

Fer

A veces cuando miro, me recuerdo de adolescente husmeando por los ventanales, esa barra inmensa, las botellas infinitas a mis ojos de colores y formas, entonces me pregunto ¿dónde estarán esos espíritus solitarios jugando o bebiéndose la vida unos instantes? El banco, me devuelve a Tiempos Modernos. Besitos.

pd: ¿no pasaste a buscar el premio que te dejé en mi blog. si no te gusta ese tipo de cosas, decime para no incomodarte en otra ocasión?

Fer: El Petit Colón reflejó los altibajos de la ciudad. Comenzó siendo una confitería elegante que hasta tenía salón de baile y devino en un típico bar donde matar el tiempo con conocidos y amigos.
Da pena pensar en el lento proceso de decadencia que culminara con su conversión en sucursal bancaria y la dispersión de sus huérfanos parroquianos por otras mesas menos tradicionales.

Nélida: Ciertos rostros, gestos y matices luminosos entre los objetos envejecidos del Petit Colón resultan imágenes imposible de olvidar.

Pd: No pasé por tu blog porque estuve incomunicado, ya te visito y contesto por mail.

Hola walter!!!! sigo a muerte tu página , pero esta incorporación me emocionó mucho ya que en esa ochava se puede apreciar la casa donde pasé mi infancia, la esquina donde me he sentado tantas veces a ver pasar gente hasta que mi mamá, desde el balcón me llamaba ¡a comerrrrrr!!!!. gracias por este momento Walter!!!! Un beso

Leonie Piccon

Leo: Gracias a vos por compartir este recuerdo tan lindo.